Tyla es una diosa, cuyos dotes ofrecen un seductiva belleza a quien posea su irreverente encanto. Siendo una de las girlies del momento, nunca pierde la oportunidad de brillar y devorar, con looks icónicos y retorcidamente vintage. Sabe elegir piezas que alaben su figura y evidencian su buen gusto por divinos y selváticos excesos. Asistiendo a los MTV EMA 2024, deslumbro con una primorosa y folklórica elección, proveniente del erótico glamour de Roberto Cavalli. 

Sirviendo un vestido glamazonian asimétrico con franjas de tigre azules y negras, como si tratara de camuflar y esconder de cazadores furtivos con un dobladillo peludo, astutamente peligroso y llamativo, remarcando el libertinaje fiestero Y2K y deslumbrante de los 2000s, asimismo, figurando un tributo a la leyenda del R&B, Aaliyah, quién usó el mismo modelo, en aquel año. 

Tal pieza sagrada fue arrebatada de la colección Spring 2025 diseñada por Fausto Puglisi, quién resaltó la imagen sexy y animada de su predecesor, cuyo valor escandaloso salvajemente bestial e indomesticable, fue majestuosamente grato de admirar. Aquella decadente y juguetona vibra, embriaga a cualquier diva. 

El entusiasmo de Tyla borda y le da nueva vida a una lujuria portable tan persuasiva y rítmica como el vivido carnaval de Río de Janeiro o una versión recatada del Moulin Rouge. Una elusiva bravura que añoramos poseer.