¿Qué mejor manera de cerrar el fashion month y asimismo presenciar la llegada de una nueva princesa – su majestad, Kylie Jenner- al mundo mágico de Disney? Bajo la surrealista y maravillosa luminiscencia, el resplandeciente encantamiento de fuegos artificiales y el hipnótico olfato de un juguetón ratón, presenciamos un fulgor hechizante en un cuento de hadas único.
Ni los hermanos Grimm, imaginaron que sus historias serían un boom económico y una huida de la crudeza moral que vivimos. Sébastien Meyer y Arnaud Vaillant, las hadas madrinas, confabularon una proyección artística dividida en tres secciones, que notablemente, reflejaban las tiernas y adorables transacciones de la vida en el desfile más laborioso de Coperni. Hermosas y puritanas mariposas pulverizaron con su brillo, vestidos midi y chaquetas llenas de volantes, mezclaron la audacia de los beatíficos personajes y paisajes de aquellas narrativas, tan voluminosos como el carruaje de calabaza de Cenicienta.

Cortesía de Coperni
Ni Maléfica se contuvo a la preciosidad jovial de sus hoodies, pantalones de una sola pierna y la ridícula extravagancia melodramática de sus body-vestidos con dobladillos barredores de satén de crinolina pigmentados en una tonalidad pastel – manifestaban la llegada de la regente, Kylie Jenner.
La influencer cumplió un sueño tan lindamente extraordinario y hermoso, al pasearse en frente del encantado Le Château De La Belle Au Bois Dormant (en español, el Castillo de la Bella Durmiente), interpretando a una majestuosa princesa del tenebroso bosque encantado. Un Portando un enorme vestido abullonado de taffeta negro, cerro el desfile con un ‘colorin colorado’, a esta historia llena de felicidad y armonía eterna.
Mickey Mouse nos ha hechizado, con su conexión profundamente entrañable y bondadosa.
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