Es una tediosa constante de Sabato de Sarno exprimir los códigos de Gucci y maravillarnos con prendas superficialmente eficaces. Aquel grandeur proveído por su monograma y el refinado uso que se le da a la piel, crea piezas realmente hermosas, deseables y relevantes para el ahora. Es coherente su idea de utilizar la nostalgia, pero sin que se percate a simple vista. Reimaginar el legado, sin llegar a competir con la noción de lo retro, es atractivo si luce nuevo tal idealismo material.

Su habilidad de embellecer colores fríos, atenuados a tonalidades empalagosas que hacen lucir propiamente a una indumentaria ‘vintage’ que escoge lo mejor de los ‘70s, crea una hipnosis difícil de ignorar. Un punto fuerte es la experimentación con precisos y minuciosos detalles que elevan tanto la aflojada silueta, que bien, luce airoso, pero no lo es, y variables sintéticas texturas que refinan la suntuosidad de los acabados. Percatas que las armoniosas combinaciones tienen un aspecto hippie-rockstar, que encajan con la idea de un streetwear arrogante, casual y vigoroso. La rugosa chaqueta shearling de aviador verde con un tosco monograma de cuero, los pantalones baggy que rompen la línea sartorial que tanto ha remarcado Sabato con una abertura larga en medio y los conjuntos aliviados con aspecto militar llenos de útiles bolsillos, camuflan un sobrio y jovial lujo.

Su bostezada sencillez ha sido terriblemente criticada, pero es admirable que de Sarno, defienda con fidelidad su estilo. Es palpable un compromiso por reinventar la herencia y calidad artesanal de la marca, con una sensibilidad que hable por sí sola. Ofrece inmediatez y sofisticación genuinamente repetitiva, aunque sus gestos por embellecer el frugal minimalismo, se constatan por la ingeniosa mezcla de lentejuelas, estampados florales barrocos que adornan pañuelos y chaquetas escaques, una lisura peluda de algodón y lana, brillando en cardigans y mini-chalecos a la Isabel II, son pruebas que admiten una evolución de lo opuesto.

La estructura en caja de sus trajes double-breasted, sujetas a la icónicas hebillas doble GG y Horsebit, proclaman un amorío por la historia. Esta narrativa que desfigura y sacude con elegancia el ayer, en un esfuerzo que finalmente está dando resultados al equilibrar sus tecnicismos en algo tenaz, sensual e increíblemente atemporal.

Resto de los looks: