Ha pasado más de un año desde el inolvidable fashion show que más bien, fue una gloriosa despedida y el renacimiento de John Galliano en su estancia por la Maison Margiela. Es imposible no olvidarnos de aquella encantadora magia oscura, realzada por sus prendas inspiradas “en el bajo mundo parisino, en la delicadeza de porcelana de las muñecas chinas con un brillo arrebatado del glaseado de una dona” y ahora, su canto se extiende a sus terroríficos zapatos.
Aquellas maravillas escandalosas que contrastan el glamour con su pezuña tabi, son una divinidad artesanal, realzados por una visión clásica y sexy del zapatero parisino más famoso del haute couture.
Tal simbiosis entre dos lenguajes creativos, ha dado lugar a una alocada propuesta: Maison Margiela by Christian Louboutin y Christian Louboutin by Maison Margiela.
Siendo besties desde sus revoltosos e embriagadores inicios en la moda, su amistad creó una fantasía que alaba sus vibrantes espíritus.

Maison Margiela by Christian Louboutin
Fusionando sus particularidades e influencias, tenemos en primera instancia tres propuestas que giran en torno a la famosa silueta roja de Louboutin, cambiando la afilada punta partida por la ruda sutileza de un Tabi; aludiendo a la inconsciente sensualidad de los escotes fabricados por Margiela.
Así pues, tenemos un diseño curvo en un zapato de novia hastiado con incrustaciones de diamantes, llamado “Bridiela”.
“Loubiella”, que es una estridente sandalia basada en la silueta Rosalie de Christian Louboutin, resaltando el arco erógeno del pie. Su correa se retuerce de manera asimétrica a través del dorso y alrededor del tobillo, dejando expuesta la curva sensual del pie. Ostentosamente, “Marlougiela” es una ballerina que amplifica con su malla negra, rubor y plata, el lenguaje escultórico francés.



Christian Louboutin by Maison Margiela
A partir de exploraciones en los talleres de Margiela, decidieron capturar un lado más invertido y subversivo que enfatizará la noción ‘decortiqué’ de la Maison, o sea, reducir significativamente la estructura original del zapato.
Implica “despojar tu esencia” (capas) y exponer una crudeza al romper su exterior, excepto sus costuras, varillas o cierres que lo mantiene estable.


Esta ilusión del alma, se interpreta al retirar el charol negro de la sandalia “Bilougiela”, el tacon “Martinloula” y la bota “Xrismarteen”, despojando el cuero del forro en tiras drapeadas que adornan el humilde contrefort y bout dur, revelando las extrañas de su construcción.
Estos desgarrones que simulan un hackeo al sistema operativo de Maison Margiela, dan origen a una nueva creación: el “Martoubi”. Un tacón puntiagudo y alargado de 100mm. Ejecutado en cuero blanco, el capuchón está cubierto por una espontánea pincelada. Este detalle recuerda la técnica bianchetto de la Maison, la pintura blanca que expone el rastro y el alma del tiempo.




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