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¿Cómo saber si eres una romántica empedernida?

octubre 24, 20244 min read

El amor nos puede embobar o traumar. ¿Quién no desea enamorarse y que esa chispa perdure por los siglos, digo, la eternidad? Apegarse a una ternura y afecto, es sumamente idílico. En tantas ocasiones nos hemos ilusionado, decepcionado y rogado que nos arrebaten tales maldiciones, esperanzados a un optimismo cegador. Hay quienes que pese a la frustración vivida, insisten que están destinados a una felicidad altamente novelera, llamándose así, románticos empedernidos

La propia vida demuestra que esta clase de apasionados filósofos, inculcados por la euforia animosa de Cupido, alcanzan un bienestar emocional, aunque son propensos a desarrollar una terca e irracional obstinación. Estos individuos suelen fantasear con un romances sacados de la literatura y el cine, soñando una historia de amor épica, delirando que su alma gemela, la conocerán en un torpeza o bajo la lluvia, viviendo únicamente de momentos y no gestos cotidianos.

No es malo ni infame relucir tales cándidos idealismos. Realmente es dulce y atentivo, demostrar una inocencia pura y honesta, al vivir rodeada de calumnias supuestamente recatadas. Tanto cinismo, afecta la noción de creer en alguien empático, considerado y mimoso. Un gran corazón, significa estar abierto a un memorable e infinito encanto. Tal romanticismo, aporta calidez y una sensación de oportunidad en la relación.

¿Se puede lograr tal panorama? Claro, solamente si existe prudencia y realismo en ambos. Más bien, es tratar de controlar los arrebatos impulsivos y celos obsesivos. Es normal, que tengas expectativas altas, pero sería incorrecto olvidar entablar una buena comunicación, capaz de entender la vulnerabilidad de uno, sin perjudicar o restarle importancia a los problemas que surjan en la relación. Mantener una perfección evitativa, es altamente tóxico y penoso. Debilita la noción de entablar una relación a largo plazo. No idealices ni ultrajes el corazón.

Si crees que el amor lo cura todo, planear un quimérico futuro, colocar a alguien en un inmerecido pedestal e idealizarlo, hasta descuidar tu salud mental por retener una fantasía liada por un excesivo consumo de polvo de estrellas, omitiendo afrontar cualidades hirientes o problemáticas, genera un improcedente cansancio. Demasiada amabilidad, genera faltas de respeto e hiriente franqueza, enmascarada por un dilema artificial.

No debes permitir que el destino impulse tus pensamientos y acciones, tú debes forjar una conciencia llena de determinación y flexibilidad. El amor también seduce con perpetuidad y la vida, es duramente imperfecta. Es vital identificar qué patrones están dañando tu comportamiento y afrontar verdades, para que uno, vuele. La base de toda relación duradera, comienza con el amor a uno mismo. Esa interpersonalidad, merece fallar y encanto virtuosamente sensato, no ansiedad descarada ilimitada. Es un trabajo interno, valorarte.

Ser un romántica empedernida es una maldita depravación o una paradisiaca fortuna.

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