Seguramente hay alguno que otro capítulo en tu vida que siendo completamente honestos no quisieras recordar, ya sea un mal amor que te dejó trauma, alguna pérdida o simplemente el hecho de que la suerte decidió no ser tu amix durante alguna temporada (como a todos), pero partiendo de esta idea, ¿te imaginas poder eliminar tus recuerdos, tal como en “Eternal Sunshine of the Spotless Mind”?, pues a 20 años del estreno de esta historia aún existen investigaciones para explorar la posibilidad de realizarlo.
“Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos” (por su traducción al español) toca fibras sensibles sobre todo en quienes hayan vivido en carne propia una relación tormentosa o una ruptura muy dolorosa, llegando al punto de no querer recordar nada sobre esa persona, motivo que empuja a los protagonistas a recurrir a un procedimiento para borrar todo rastro del otro, sin embargo, a pesar de que es algo que muchos harían, la realidad es que puede haber más de un motivo para querer borrar o suprimir por completo un recuerdo, ya sea de alguna o algunas personas o simplemente un día que no quisiéramos rememorar, además de las relaciones de pareja.
Recordando este clásico protagonizado por Jim Carrey y Kate Winslet en el 2004, es que nos hacemos esta pregunta, realmente ¿qué tan lejos estamos de poder elegir a voluntad los recuerdos que deseamos borrar de la mente?, porque a pesar de que los errores son parte de nuestro progreso y desarrollo personal existen situaciones que las personas desearíamos no volver a recordar, principalmente quienes han sido víctimas de violencia o algún otro evento traumático.
Hoy en día, a pesar de que la tecnología se ha movido bastante rápido (al menos en los últimos 20 años que son los que tiene esta película de haberse lanzado) aún no hay nada parecido al procedimiento de la empresa Lacuna, Inc., que borre a ese chacalón que te dejó en trauma, pero lo que sí es un hecho son los avances científicos al respecto.
Un ejemplo de avances al respecto es la investigación de la Universidad de Cambridge, en donde se ha descubierto una proteína en el cerebro de ratones que es capaz de actuar como un biomarcador de recuerdos “maleables”, esto tomando en cuenta los dos tipos de recuerdos que reconoce la comunidad científica que son los basados en hechos y los que responden a emociones.
En 2009 un equipo de la Universidad de Toronto logró borrar recuerdos específicos en ratones al inyectar una toxina en la amígdala, que es la parte del cerebro que procesa las emociones, desde entonces se han probado otros métodos como gas xenón o consumir propranolol, así como reproducir luces y sonidos para las personas mientras duermen.
Parte de los avances de la neurociencia sugieren que la luz actúa como moduladora de las funciones cerebrales, lo que incluye el mantenimiento de la memoria y por eso el potencial que tiene para poder manipularse, agregándose la estimulación auditiva, especialmente durante el sueño, pues tal como lo plantea la película el sueño es fundamental para el procesamiento de la memoria.
Aunque todavía se analizan muchos tipos de estímulos que den mayores posibilidades de poder borrarnos eso que no queremos volver a “ver” en nuestra mente, lo que esta peli nos recuerda es que nuestros malos recuerdos también son necesarios para aprender de nuestros errores, así como saber valorar los buenos momentos de nuestra vida, sin embargo, si se logra forma en la que la ciencia permita que las víctimas de violencia u algún otro evento de trauma tengan una mejor calidad de vida es algo que vale la pena explorar.
Mientras sea posible este tipo de procedimientos para borrar memorias lo que sí es una recomendación que te hará ver cambios reales en tu vida respecto a casos de mal de amor y otros traumas es tomar terapia, así que tenlo presente, este consejo te doy, porque tu amiga la que te tecueme soy.
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