¿Riri que hacías afuera en bata? ¿Acaso el jacuzzi tuvo una avería e impidió que disfrutaras de tu existencia? Nada parecido a la realidad, sacudió el alma de Rihanna al exponer su lado más practico, al salir frescamente serena en un look, que transforma la noción de un tibio eveningwear.

Justificando su burbujeante o dormilona elección, la cantante se paseaba por Londres, en la tienda Selfridges, iluminando la celebración que esmera el lanzamiento de Fenty Hair. Para la ocasión, prefirió irse cómodamente pomposa, en un vestido-bata de Jacquemus, de la colección Fall 2024, realizada en Portofino. Esta pieza sujetada por sus manos, traslucía sus brillantes hombreras con el amarillo pálido de sus plumas recicladas, esponjando una deliciosa holgura, refinada por unos zapatillas puntiagudas doradas – ajustadas a una correa de tobillo, adornada con joyas y discretos pendientes de candelabro. Además, su manicure combinaba con el presuntuoso blandeo.

Esta bad girl, tan seductiva con su estilo boudoir, es confundible y vagamente eficaz, podrías confundir el atuendo como un abrigo maxi o una crinolina. Su flojera tan camaleónica, es plácidamente infecciosa.

Rihanna con esto, quizás o tal vez no, impondrá una tendencia que bobamente ya usamos con tanta normalidad. Este extremista movimiento, es tan adorablemente perezoso.