Admitamos que desde que tenemos memoria, los llaveritos aka ‘charms’ han estado con nosotros, adornando nuestros bolsos y carteras. Hasta ahora, las marcas de lujo se han apropiado descaradamente de un souvenir kitschy y voila, son el accesorio It de la temporada. Estamos en un momento de la historia donde los accesorios no solo complementan, también decoran otros accesorios más imponentes. Tal perspectiva creativa es alocadamente fascinante.
¡Ojo! No estoy denunciando ni satanizando que los charms sean excesivos e innecesarios, solamente demuestro la contraparte no linda. Aquí tratamos de verle el lado divertido al asunto. Realmente, son muy bonitos y pomposos de acarrear. Nuestra imaginativa provoca darle ese toque único. Solo admira como Jane Birkin personalizó su bolso Hermés con llaveros y colgantes y hasta ahora, las icons del pop, la imitan con mayor . Estos adornos prácticamente definen quién eres. “Cuando caminas, los charms suenan al chocar los unos con los otros, así que es un sonido feliz”, dijo una vez la actriz en una entrevista.
Desde Sonny Angels, Teletubbies, Monchhichis, hasta cualquier extravagancia en miniatura o si prefieres, agrega moños coquetos a las tristes asas. Esta clase de pícaros y encantadores cachivaches son una excelente opción para regalar estas fiestas navideñas, dando un toque mágico que avive nuestro lado más invernal.
¿Qué si cual escoger para envolver en el arbolito o propiamente sustituir las esferas con singulares charms? Lo que a ti te plazca y convenga. Todos son válidos. Mientras más llamativa, pesada y desbordada esté la bolsa, mucho mejor. Eso sí, que sea capaz de sacarte una sonrisa al verla y sea digna de acompañarte por el resto de tu vida. Un corazón lleno de paz y amor.
Alocate, diría un león muy neoyorkino.
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