Dicen que la vida en plástico, es fantástica, pero no a todos les parece maravilloso la idea. El verano significa usar las más minimalistas y excéntricas sandalias, ya que el clima lo demanda. Nuestros amados pies exigen una respuesta inmediata, se asfixian por el sudor y la falta de aire, que nulamente circula. Entre las cientos de opciones libertadoras, encontramos una nueva formula para curar tal agobiante sufrimiento: las sandalias Jelly.

Cortesía de The Row
Las hermanas Olsen en su colección Pre Fall 2024, nos concedieron la idea (lamentablemente, están sold out) de usar aquellas espantosas y alucinantes mallas que solíamos andar en la infancia, personificando una soleada madurez. Su perspectiva es que no solo sean vistas en las playa, sino, portarlas en la ciudad con outfits más sofisticados y refinados. No limitarse a un solo lugar e ideas.
La pigmentada transparencia es inexplicablemente atractiva. Un zapato veranesco que está ganando popularidad por su versatilidad lunática. La juguetona estética que impone es bárbaramente afable. Un plástico que seguramente provocará quemaduras o bronceados inesperados, pero en cierto modo, lucen bien. La clave es lo de arriba, para que sean compatibles y no abrumantes al andar.
- Cortesía de The Row
- Cortesía de The Row
El inevitable ascenso de las sandalias jelly, ha inspirado a las grandes casas de moda, ha recrear su idea de un verano artificial. Realmente, son a todo terreno y su durabilidad – no se limita a una cuadrada malla y color. Feas o no, su depuración es imparable. Consideralo como las ballet flats de las modernas arruinadas sirenas que padecen la crisis existencial que vive la Atlántida.
Revisa las opciones capturadas de una nostálgico marea, que retumba por su accesibilidad.
- The Row
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