Todos queremos ser una Chloé girlie. Bajo la afable y cariñosa dirección que ha traído júbilo y esperanza al guardarropa femenino, Chemena Kamali es una heroína de la moda. Reviviendo la era cool de la marca, con el sutil aprecio hacia los 00s de Stella McCartney y el romanticismo histórico de Karl Lagerfeld que usó en los ‘70s, su divinidad bohemia, fluye con esmero. 

Sus besties arropadas en vaporosos túnicas hippies, se sorprenden con la sentimentalista preciosura etérea de sus colecciones. Es tan lindo, bello y tierno ver la airosa fluidez ‘vintage’ de sus camisones floreados gitanos con una estética invernal aristocrática. Es alguien que comprende a su hermandad con una visión sensible con sus estados de ánimo y entiende los cambios que forjan su personalidad, notorios en la evolución de su indumentaria. “Coleccionas y redescubres tesoros”. 

Esa noción poética de mirar hacia atrás, la rebelde espontaneidad de fusionar varios estilos, sintetiza un exquisito gusto. Aunque bueno, su colección trataba más de jugar con lo que te heredó tu abuelita y adornarlo con juguetonas propuestas. 

Lo viejo es cool. 

Esta apreciación se disolvió con la apasionada combinación de largos vestidos diáfanos llenos de volantes y encaje con estolas de piel, que incluyen una mini crinolina abullada, nítidas faldas traslúcidas, abrochadas con rechonchos cinturones adornados con hebillas vaqueras y encogidas, frondosas chaquetas acolchonadas a lá de ‘Catalina de Aragón meets Chloe Sevigny and Tish Weinstock’. 

Asimismo, su erótica delicadeza, era magnífica y tenaz. Precisaba su afán por el ayer. Ese conservadurismo que pretende mejorar la imagen femenina, realzarla y portarla a su favor, en tiempos donde la ultraderecha se ha convertido en una amenaza ante la lucha y mantención de preservar nuestra humanidad y libre expresión, la suavidad lúdica de sus abrigos con mangas dolman y motocicletas, sus adorables blusas pussostentan un ideal de mantenerse fieles a nuestros valores y creencias, pese a su trasfondo.

Ser tú mismo, es algo que se ha perdido en esta industria, pero en Chloé es una herramienta de empoderamiento.