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¡El corsé revive en Schiaparelli! Modernidad y antigüedad en perfecta sinergia

enero 27, 20254 min read

“Estoy harto de que todo el mundo identifique constantemente modernidad con sencillez” — esa inofensiva y monótona cuestión que acecha a la moda respecto a proporcionar guardarropas ‘realistas’, se basan principalmente en el minimalismo o como se suele decir en un tono más refinado ‘Quiet Luxury’ , pero Daniel Roseberry sepulta tales limitaciones creativas en un fulgurosa hermosura material, llena de sofisticación impulsiva, mágica e histórica.

Es radiante y majestuoso como Schiaparelli ha abrazado el espíritu de la alta costura. Sus clásicas, atrevidas y exorbitantes fantasías llenas de primor y glamour, era eclipsante tal romanticismo por el ayer, que fantásticamente lucían modernos aquellos suntuosos vestidos con la plétora de lazos que inspiraron tal soñadora grandeza pronunciada. El arrebato y la histeria de evocar el pasado, llevó al curioso estadounidense a convertirse en un experto en la metodología de la investigación.

“Al comenzar, me puse a buscar referencias de colores antiguos e inusuales. Terminé en una tienda de antigüedades con un inventario de cintas de los años 1920 y 1930. Antes de la guerra, muchas de estas cintas se creaban en Lyon y se enviaban a todo el mundo. Pero cuando Alemania invadió Francia, muchos de estos carretes de cinta se ocultaron, se perdieron durante un período en la historia”.

Es imposible no llamarlo ‘el diamante de la temporada’ al quedarse estupefacto con la ingeniería que residía en ‘Ícaro’. Nombrando así su colección, se vanagloria con el mito griego de volar más alto, llevar esta maison al infinito, al desafiar nuestras expectativas — romper internet con las experimentaciones técnicas que vaya, son prendas que plasman “antigüedad y modernidad al mismo tiempo”.

El dramático énfasis a la cintura y el torso, sosteniéndose del corsé como base eje de sus piezas, cobrando vida en un vestido bustier largo con hombros descubiertos en encaje, lleno de bordados florales, organza, esmalte y volantes en muselina, crepelina, organza. Era sensacional y estupenda la geometría exagerada barroca de las caderas, que rigurosamente se mantenían firmes con la infinidad de cuencas como aquel relleno con encaje de matador en forma de pétalos, realzado con una cola de duquesa de satén mantequilla o aquella exagerada chaqueta en rayas gris perla de terciopelo repleta de diamantes y perlas — volviendo a sus portadoras, una esculturalidad anatómicamente imposible, que desmayaba por su linda, sinuosa opulencia y esencia.

 

Cualquier mortal queda encantado con la luminosidad fastuosa de sus ondulantes y tridimensionales vestidos sacados de otra dimensión Art Deco sin costuras o sujetadores, como uno que fue confeccionado en cintas abiertas, realzado con tiras de terciopelo negro. Roseberry ha alcanzado crear maravillas que posiblemente sean usables. Esa ha sido la diferencia con otros, reflejar autenticidad con el legado de Elsa, pero facilitar tales laboriosos ensueños que vibre con nuestro andar, bueno, con los privilegiados afortunados de cotizar un vestido en satén duquesa bordado en punto de satén tradicional y flecos de beagle en oro pálido.

 

Pese a la idea que se tiene sobre reutilizar ideas vejestorias y obsoletas que arruinan la belleza inexpugnable de la alta costura, tal institución continúa opacando y despegando, gracias a su pasado, que nunca hemos visto, hasta ahora.

Resto de los looks:

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