Amiga, ¿te has dado cuenta de lo valientes que podemos llegar a ser las mujeres cuando se trata de proteger lo que amamos, incluyéndonos a nosotras mismas? Esa misma valentía es la que Gisèle Pelicot demostró recientemente y que nos ha hecho reflexionar sobre lo crucial que es no guardar silencio ante cualquier signo de violencia.

Te cuento: Gisèle Pelicot es una mujer francesa cuya historia estremeció no solo a Francia, sino al mundo entero. Durante años, fue drogada, violada y ofrecida por su entonces marido, Dominique Pelicot, a decenas de hombres. Las investigaciones demostraron más de 200 casos de violación organizada. Gisèle tuvo el valor de denunciar y de enfrentar un proceso legal que terminó con justicia.

La sentencia del caso marcó un momento histórico. A los acusados los reconocieron de inmediato, pues intentaron ocultar su identidad con máscaras y capuchas mientras activistas les gritaban en las calles: «¡Violadores, les vemos!». Algunos incluso sostenían carteles con frases como «Navidad en prisión».

Luego de la lectura de veredicto que duró apenas 60 minutos, quedó claro que Dominique Pelicot y sus cómplices pasarán la Navidad en prisión. Muchos de ellos llegaron preparados para el momento, cargando grandes bolsos de viaje y mochilas. El tribunal comenzó la lectura a las 9:45 de la mañana, siendo Dominique el primero en conocer su condena.

Historias como la de Gisèle nos recuerdan la importancia de alzar la voz, aunque el camino sea difícil. En México, donde las cifras de violencia contra las mujeres son alarmantes, no podemos permitir que este tipo de situaciones se normalicen. Si alguna vez sientes que algo no está bien, confía en tu intuición y busca ayuda. Puedes recurrir a líneas de apoyo como el 911 o la Línea de la Vida (800 911 2000), donde hay personas capacitadas para escucharte y acompañarte.

Amiga, recuerda: ninguna forma de violencia debe ser ignorada. Al igual que Gisèle, tú también puedes ser un faro de esperanza y cambio. Tu voz importa. No estás sola.