Es inevitable, ¿no? La moda es cíclica, lo sabemos … pero ¿estamos preparados para que resurja otra tendencia de la era Y2K? Supongamos que el icónico look “vestido sobre jeans”–– ese que usaban las girlies en los Teen Choice Awards o en alguna red carpet de Disney o Nickelodeon (¿recuerdas a Anne Hathaway en la premier de Diario de una Princesa?), resurja de las cenizas.
Hace poco vimos a Ayo Edebiri lucir un chaleco largo bordado sobre una camiseta blanca clásica y jeans, de la reciente colección Pre-Fall de Chanel. Sabemos que los 2000 fueron una década de experimentación y confusión, y esta tendencia la define muy bien. En pleno apogeo, representaba un combo divertido, aunque extrañamente sofisticado al combinarlo con tacones puntiagudos y bufandas. Un truco “afable” que respondía a las necesidades de las estrellas por looks únicos sin ser tan densos.




Su extravagancia es refrescante en un momento donde la nostalgia parece ser lo único que importa. La despreocupación urbana––un buen modo de llamar a la austeridad utilitaria que domina en las pasarelas y se rinde ante la necesidad de prendas clásicas––ha provocado que lo anticuado sea objeto de culto y en una nueva forma de reinvención estilística.
No obstante, el look de “vestido sobre jeans” ahora se siente más elegante y menos chiflado. Elle Fanning, con un vestido negro de lentejuelas de Simone Rocha sobre pantalones en el Festival de Cine de Londres BFI, y Michelle Williams, con un vestido blanco asimétrico de Proenza Schouler sobre pantalones de vestir en los Premios CFDA 2025, nos demuestran el verdadero potencial de esta silueta cuando se conserva el refinamiento que exige la actualidad.
Esta fórmula, que también se ha ido introduciendo a través del famoso skant (falda y pantalón), ha incitado que la informalidad aparente se perciba como intencional y desenfadada. Un juego de ilusiones que vale la pena considerar… sobre todo si amamos la nostalgia sin culpa





