Lady Gaga se reafirma como una diosa, no solo de la música, sino también del cine. Su papel en A Star Is Born le valió un Oscar a Mejor Canción Original por Shallow y la admiración de Hollywood, aunque este inolvidable film le costó el deterioro de su salud mental.
En una entrevista con Rolling Stone, Gaga confesó que tomaba litio durante las grabaciones. “Hubo un día en que mi hermana me dijo: ‘Ya no veo a mi hermana’. Y cancelé la gira. Terminé en el hospital recibiendo atención psiquiátrica. Me desplomé por completo.”
Por si no sabías, el litio es un medicamento que se usa para tratar trastornos como el bipolar, ya que ayuda a estabilizar el ánimo y controlar los episodios de manía o depresión. Su personaje exigió un nivel de preparación tan intenso, que la terminó desmoronando por completo.
El ritmo de trabajo la llevó al límite. Entretanto, declaró también que en 2017 sufrió un colapso psicótico. “Había días en los que no podía hacer nada. Fue aterrador. Hubo un momento en el que no pensé que podría mejorar.”
Su brutal honestidad respecto a la presión que vivía nos habla sobre cómo la fama no puede inmunizarla de la oscuridad. “Sé que suena dramático, pero sabemos cómo pueden terminar estas historias.”
En medio del caos y el dolor, Lady Gaga encontró refugio en el amor. Su prometido Michael Polanski se convirtió en una fuente de reconstrucción y cambio. “Estar enamorada de alguien que se preocupa por la persona real que soy cambió todo”, contó. “Cuando no sabes ni cómo ser tú misma con nadie, amar a alguien así te enseña de nuevo a existir.”
Hoy, dice sentirse “una persona sana y completa”, y su nuevo álbum Mayhem lo refleja. “Ya no soy adicta a la adrenalina. Antes amaba esa sensación… pero ahora, en cada show, todavía tengo que hablarme a mí misma durante 90 segundos para evitar un ataque de pánico.”
¿Su lugar seguro? La práctica de ser ella misma.
