Mientras las swifties festejan el compromiso de su reina, otros no pueden dejar de hablar del anillo de Taylor. Bajo el resplandor de un jardín de ensueño, este romance florece como un sueño hecho realidad.
La singular piedra redonda que adorna este “símbolo de unión” es un diamante alargado de talla cojín, engastado en oro amarillo. Una creación impactante diseñada por Kindred Lubeck, de Artifex Fine Jewelry en Nueva York.
Al parecer, grabados e incrustaciones adicionales que lo vuelven aún más singular. Esta reliquia antigua se ha convertido en toda una tendencia que vislumbra el potencial de los anillos de gran tamaño. A simple vista, su tallado refleja la luz con una suavidad hipnótica.
Expertos estiman que el anillo de Taylor oscila entre los 8 y 15 quilates con un valor que podría ir de $400,000 a $800,000 dólares. Naturalmente, este detalle ha desatado un debate sobre el costo real y el tamaño exacto.
Para muchos, sin embargo, lo verdaderamente relevante es su carácter romántico e impactante. El auge de este tipo de anillos otorga un sello de autenticidad que no se replica con facilidad, además de que la demanda se elevará. Una estrella como Swift parece haber despertado, sin quererlo, ese interés por un halo de rareza.
En una ocasión de este tipo, es vital la original y certeza de una joya única, un sello distintivo que lo haga especial.De acuerdo con Vogue, el Informe de Tendencias de Bodas 2025 de Pinterest revela que las búsquedas de anillos de boda vintage de la década de 1920 aumentaron un 1458% , mientras que los de corte cojín vintage aumentaron un 175% en el último año.
No cabe duda: la princesa del pop ha incitado a más novios a buscar en la historia aquella piedra que sellará su amor por la eternidad.





