La extravagancia rococó del L’orangerie du château de Versailles se desvaneció ante la humildad campesina de Porte Jacquemus, quién montó un simbólico desfile a modo de homenaje: un agradecimiento a sus raíces. Inspirándose en una serie de fotografías personales, evocó ciertos episodios de su infancia junto a su familia en Provenza, el lugar donde creció y sentó los valores de su marca, fundada cuando apenas tenía 19 años.  

La tradición y el encanto rural se transformaron en un mensaje profundamente conmovedor en el momento que un niño descalzo y vestido de blanco, corrió apresuradamente por el frío pasillo y abrió la gigantesca puerta de roble, permitiendo que la luz natural destellara una colección que brillaba por su madurez, sensibilidad y humildad. 

Tal estilo de vida se plasmó en un romanticismo envolvente, revitalizado por blusas finas de lino y algodón que ganaban volumen al combinarse con extravagantes faldas plisadas de corte A. Manteles y delantales se transformaban en hermosos vestidos trapecio y en túnicas etéreas, que simulaban ser pañuelos bordados dispuestos en capas; realzados dramáticamente con blazers esculpidos y dobladillos de caída perfecta.

Claro, la modesta sensualidad era ligeramente ceñida al montar una ilusión en la parte frontal de este veraniego clasicismo femenino, al evidenciar la silueta por la parte detrás y optar por una subversión  que curvaba tanto la espalda como el trasero: permitir movimiento con templanza estilística. Algo que congenia bastante genial con la sastrería masculina que fragmenta plácidamente con desfachatez, pero uniformidad oficinera.

Aquel optimismo jovial se completó con las bandejas de adorables bolsos que imitaban cajas de verduras en plena labranza, combinados divinamente con elegantes bolsos de rafia y crochet.  

La ambición innata de Jacquemus ha sabido encontrar un gran balance emocional, que le permita florecer un storytelling que demuestra su capacidad creativa con ingenio y ternura. Inclinándose por un toque demure, su deseo insaciable es ofrecer novedad con una pizca de haute couture: su anhelo más íntimo.