El momento Ximena Romo: crecer en silencio, brillar con intención

Ximena Romo atraviesa uno de esos momentos bisagra que no se anuncian, pero se sienten. No hay estridencia ni prisa; hay observación, profundidad y una expansión silenciosa que se va acomodando con naturalidad en su carrera. A mediados de este año, la actriz dio un paso significativo al formar parte de Looking Through Water, una producción cinematográfica internacional que le permitió asomarse, por primera vez, a la inmensidad de la industria hollywoodense.

Top propiedad de Ximena, Falda Bimba y Lola

Más allá de lo que implica trabajar en una película de ese calibre, para Ximena la experiencia tuvo un peso casi formativo. Compartir set con figuras como Michael Douglas, David Morse y Tamara Tunie fue, para ella, una lección viva sobre el oficio actoral. Observó de cerca un estilo de actuación que remite a un realismo casi puro, una manera de habitar las escenas con una precisión y una verdad que hoy parecen menos frecuentes, pero que siguen siendo profundamente potentes. Lo que más la marcó no fue solo la maestría técnica, sino la humanidad detrás de ella: ver a esos grandes nombres desenvolverse desde un lugar terrenal, sensible y generoso. Un recordatorio de que el talento más grande también puede ser cercano. Este primer acercamiento a Hollywood abrió una puerta que Ximena espera seguir cruzando, con curiosidad y respeto por todo lo que aún queda por aprender.

Gorro Bimba y Lola

Paralelamente, la actriz también decidió mirar hacia otro de sus grandes amores: el teatro. Su regreso a las tablas llegó de la mano de Un desastre de función, una obra que la reconectó con la energía colectiva y el gozo del trabajo coral. La invitación surgió a través de una llamada del productor y, tras varios años alejada del escenario teatral, la idea de volver con una propuesta ligera, divertida y caóticamente encantadora le resultó irresistible. Bastó con ver la película en la que se basa la obra para convencerse de que el proyecto podía ser una experiencia luminosa. Y lo fue. Cada función confirmó esa intuición inicial.

Para Ximena, trabajar en cine y en teatro implica habitar dos universos completamente distintos. El cine, explica, es una ventana de tiempo que sucede una sola vez: una experiencia única, irrepetible, que queda capturada para siempre. El teatro, en cambio, es el arte de la repetición consciente. Los procesos son más largos, la precisión se afina con cada función y los ritmos cambian constantemente. Es un ejercicio de presencia absoluta, donde el tiempo se estira y cada noche se resignifica.

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Ambos lenguajes tienen su propia magia y su forma particular de viajar entre el presente y el pasado. Y Ximena Romo se mueve entre ellos con una sensibilidad afinada, sin perder la ligereza ni la curiosidad. Hoy, su carrera se expande desde un lugar honesto, guiado más por la experiencia que por la urgencia. Un crecimiento suave, femenino y poderoso.

  1. ¿Qué impacto tuvo en tu carrera el estreno de la película Looking Through Water a mediados de año? X: Fue mi primer vistazo hacia esa industria tan basta y grande como lo es Hollywood. Lo más especial para mí fue trabajar al lado de unos de los mejores actores y actrices que existen, Michael Douglas, David Morse, Tamara Tunie, viendo como llevaban a cabo las escenas, demostrando una absoluta maestría en el arte de la actuación. Un estilo de actuación que, a mi parecer, tal vez se ha quedado más atrás, en ese espectro del realismo casi puro que siento hoy en día ya no se ve tanto, pero que es sumamente potente. Fue un honor para mí compartir proyecto y espacio con figuras de esa magnitud, y al mismo tiempo, verlos siendo tan terrenales y sensibles. Yo espero que este no sea el único acercamiento que tenga a esa industria.
  2. ¿Cómo surgió tu participación en la obra Un Desastre de función?
    X: El productor me llamó con la oferta y como llevaba ya varios años sin trabajar en el teatro, me gustó la idea de regresar con algo tan divertido y coral. Después de ver la película quedé convencida que podía ser una grata experiencia y de verdad que lo ha cumplido.
  3. ¿Qué diferencias encuentra entre trabajar en una producción cinematográfica internacional y en una obra de teatro actualmente en cartelera?
    X: Son distintos mundos, procesos sumamente diferentes. El cine es una ventana de tiempo que sucede una sola vez, siendo una única experiencia siempre. El teatro es el arte de la repetición, los procesos son más largos, la precisión es más exacta, los ritmos son siempre cambiantes y los periodos de tiempo se extienden más. Ambos tiene su magia y su manera de viajar en el tiempo, presente y pasado.
Gorro Bimba y Lola

Rafael Escalante

Rafael Escalante