La encantadora reinvención de Christian Louboutin sigue cautivándonos con su audaz pasión. Esta vez, la maison une fuerzas con el surfista profesional Otis Carey en una vibrante colaboración que “fusiona inspiración cultural con  amor por la naturaleza”. 

Esta conexión se traduce en una narrativa visual que fluye en “un patrón en espiral inspirado en el amor eterno del Carey por el océano”. Lo tradicional se deconstruye y se redefine a través de gráficos coloridos que destellan en la línea Miss Z, con estampados que simulan pinceladas artesanales y cristales que reflejan la luz. 

Entre mules, stilettos y botas, el enfoque se guía a partir del confort sofisticado: el Miss Z Slimimule, con tacón medio, estiliza la figura; mientras una energía brillante resplandece en la pedrería de los Merylzip Strass. 

También destaca el regreso de siluetas icónicas: la clásica Jane revive en la bota Jannita. Las zapatillas de ballet Cassia se reinventan con nuevas texturas, y los Kate Max Lace se revitalizan con una sensualidad parisina. 

La línea Bubble “fusiona modernidad con un guiño juguetón” a los años 60 gracias a su tacón de plexiglas transparente. Por su parte, Collage es una apuesta inspirada en la “funcionalidad del calzado masculino”, y suma detalles como una suela de triple ribete y doble hebilla. Entre los highlights: la Pyraclou, que transforma su suela con tachuelas metálicas colocadas a mano, y la Pyrabizz Sandal, una mule con tiras tachonadas y plantilla anatómica.

En cuanto a los accesorios, el infame little black dress resurge con el bolso Makimay Chain Pouch.