Desde que Timothée Chalamet y Kylie Jenner aparecieron con looks naranja fosforescente de Chrome Hearts en la premiere de Marty Supreme en Los Ángeles, entendimos que el matching couple style requería algo más que glamour, sino amor.

Sabemos que ir coordinados es una de las estrategias más “obvias” del mundo, aunque, en ocasiones no remarca una pasión genuina. Las expectativas parecen sofocar la cultura pop actual, que se refugia en el estilo de los primeros años del milenio. Fue la época en la que Britney Spears y Justin Timberlake nos sorprendieron con sus looks de mezclilla a juego. Esa cadente naturalidad aún intenta ser mágica y divertida, aunque hoy las parejas que recurren al matching couple style apuestan por propuestas más sofisticadas, incluso en medio de tumultuosos escándalos maritales… o todo lo contrario.




En este año, admiramos la proeza estilística de Rihanna y A$AP Rocky, quienes han transformado viejos códigos de vestimenta en nuevos estandartes cargados de una elegancia desenfadada y parrandera. Nadie ha logrado igualarlos, aunque otros como Harry Styles y Zoë Kravitz, han intentado mantenerse casuales, inspirados en la sensualidad callejera minimalista de los 2000 ; quizás un guiño a Jennifer Aniston y Brad Pitt durante sus interminables paseos por Hollywood.
No podía faltar la pareja favorita de la Gen Z: Taylor Swift y Travis Kelce. Entre mini faldas sastre rematadas con botas de tacón y algún que otro sneaker Nike, la refinada audacia otoñal del dúo es completamente fiel a su personalidad. Por su parte, Dua Lipa y Callum Turner se han convertido en una obsesión aspiracional digna de Pinterest, gracias a los despampanantes looks que lucieron en Ciudad de México: una fantasía que va mucho más allá del fashion match.






