Nadie puede huir del estrés. Aquel estado emocional que genera perjudiciales y lesivos daños a nuestro cuerpo, demuestra su maldad al deteriorarlo. La tensión induce a un debilitamiento y fragilidad en el aspecto físico, influyendo a padecer una baja autoestima y la nula confianza en ti. Es impresionante el nivel de ansiedad que puede provocar la caída de cabello, a causa de problemas o malestares psicológicos que desencadenan bruscos cambios hormonales. Tal efecto es conocido como estrés capilar. 

El ser humano pierde entre 50 a 100 cabellos al día, normalmente, pero al encontrarte en una crisis psicológica, se requiere actuar sin marcha atrás. El padecimiento se hace presente en las zonas laterales y posterior. Cualquier alteración grisea los pigmentos naturales. 

Pinterest

Esta consecuencia ocurre al presenciar un evento traumático o sufrir una constante aplastante presión, originando el efluvio telógeno: una hostil alteración del ciclo de crecimiento, que produce la caída de cabello. Se vuelve notable cuando miras el cabello en el sofá, almohadas o cuando estás masajeando tu melena en la ducha. Habrá un menor volumen al peinarla, incluso una visible pérdida en el cuero cabelludo, originando entradas y parches por doquier. La textura se pondrá seca, pálida y un incontrolable frizz, aparecerá. Caspa y grasa capilar, serían otros síntomas que emergerán la dermatitis. Sin embargo, no es el fin. Es un daño repentino, pero es eventual una recuperación que exige paciencia. La intensidad dependerá de la crisis emocional que estés viviendo – son momentos difíciles que se superarán, con la oportuna ayuda. 

La gentileza y amor propio, son conductas para un mejoramiento. Es entendible agarrarnos el cabello al pasar una situación en la que es inevitable llorar y frustrarse – reaccionamos de distinta manera y no medimos el después. Trata de realizar ejercicios de relajación – meditación o busca algo que recalibre tus emociones cómo leer, salir a caminar o dibujar. Modifica tus hábitos. Esta tensión nerviosa se induce en algunos casos,  por la falta de nutrientes como el hierro. Una balanceada alimentación implica un óptimo sistema inmunológico. Consulta a un nutriólogo, quien te sugiera la más apropiada dieta, que incluye ricas meriendas llenas de vitaminas, que restaurarán tu ímpetu. Investiga qué suplementos puedes consumir, para recuperar un manejable grosor y brillo. Y si quieres probar shampoos anti caída, pregunta a los expertos ubicados en las farmacias dermatológicas. Evita coletas y accesorios que presionen tu caballera. 

Insistimos que tu cabello merece lucir radiante y cuidado.

Gianni Pucci / Indigitalimages.com