Ciao bel mondo! La tercera parada: Milan. Ahora en suelo europeo, un frenesí ha sucumbido a invitados y amantes de la moda. Tal como dicen, la moda es para todos y varios diseñadores, han logrado que olvidemos la sombría realidad, con sus extraordinarios diseños y sentido de comunidad. Una tendencia que hemos percatado, es que la mayoría, se han vuelto a enamorar del pasado.
Diesel se ha vuelto en una marca democrática. Hemos estado arrastrando un trasfondo lleno de dificultades y Zoom, fue el que nos ayudo a unirnos y ese mismo, hizo presenciar a más de mil personas interconectadas, mismas que fueron nombrados como los verdaderos invitados VIP del fashion show – un sueño hecho realidad para los mortales. Es brillante el proceso de creación de cada una de las prendas. Realmente, fascinan con esa imparable locura y dinamismo en una ráfaga de texturas y colores :tie – dye, puntiagudas plumas, acidas tonalidades, telas rasgadas o quemadas. El estilo Y2K se mantiene a flote, gracias a aquellos hermosos sintéticos abrigos de piel electrizantes y la atractiva reinvención de Gleen Martens.
Kim Jones en Fendi, ha instaurado un aura llena de romanticismo, elegancia y respeto por el trabajo de Karl Lagerfeld, tomando la esencia de sus obras; moldeando una calmada, rigurosa y sofisticada versión para esta casa romana. En esta ocasión, puso su mirada en el año 1984: The blitz kids, The new romantics, Princess Julia. Asimismo, una época que presenció el ascenso y difusión del estilo japonés y británico en el mercado internacional. Un influencia asiática se manifestó en aquellos tailored jackets y coats hechos de Aran Knitwear, jersey y mink – destacando una vaga silueta Obi, en distintas tonalidades terrenales.
Jones mencionó que otra fuente de inspiración, fue el estilo utilitario de Delfina Deletrezz Fendi: «la mujer con más estilo en Roma». El empoderamiento femenino circula y progresivamente, encontramos innovadoras y excéntricas propuestas ligadas a la historia y tradición, haciendo énfasis al poder del leather y estampados de esculturas romanas en silky dresses y sweaters. Silvia Venturi y Kim, optaron por endulzarnos el paladar, con unos porta Chupa Chups. Acaramelarnos con artículos que constatan apreciación y placer por el legado, es gracias al sentido de gusto, de ambas mentes creativas.
¡Moñomania al ataque! Miuccia Prada Y Raf Simons nos ha deleitado con una placentera y sobria construcción de prendas, que denotan una nostalgia hacia los 50s o 60s, pero con una actitud moderada y contemporánea. Gestos y técnicas que involucran una delicadeza femenina e ingenua, transmitidas en las decenas de moños colocados en varios below – the – knee cocktail dresses con matices rosas y negras. Solo que los estaban infestados de estos, por detrás lucían como un delantal y ese mismo efecto óptico, proseguía en varios checked square coats, tweed skirts o silk shirts – prendas sobre otras o pegadas entre sí. Elevando la tendencia coquette, hacia una madurez.
La pareja creativa ha estado jugando con la nostalgia, no para provocar melancolía, más bien, para generar piezas llenas de modernidad, relevancia y sencillas de usar. Jugar con el pasado, optimizando una retro – excentricidad y devolviendo la simpatía que ha tenido Miuccia por el ayer – plasmados en sus 1960s dresses con hombreras y dobladillos de piel, velvet peaked hats y pointy toe pumps. Un closet old – fashion como este, que al verlo, es lo más girlish – vintage, que encontrarás en tiempos de crisis. Una exploración hacia los distintos arquetipos de belleza, cambiando nuestra percepción de la historia.
En los últimos meses, Moschino ha estado en duelo. Rayos de esperanza han iluminado el camino de Davine Renne, el nuevo sucesor de la marca. Con la más delicadeza y sensibilidad, el argentino se ha comprometido a respetar y continuar la encomienda de sus antecesores. Claramente, la teatralidad y excentricidad que distingue a la casa de modas, fue desvanecida hacia balanceadas – oversized piezas – afirmando el uso diario que se les puede dar, con accesorios intencionales: una bolsa de papel llevando consigo baguettes y flores y una bolsa en forma de corazón (Nanny Fine vibes).
Referencias de su herencia textil como la carita sonriente, el signo de interrogación y del amor y paz, manifiestan que esas singularidades, no se han esfumado con el turbulenta nueva era en Moschino. Una ironía y un sentido de alegría, es lo esperamos admirar en las siguientes temporadas – tal y como lo promete Renne.
Excesos, sensualidad y glamour han sido trasladados en una austeridad seductora hecha a la medida, bajo la mano creativa de Peter Hawkings en Tom Ford. Al querer imponer su sello personal, está envolviendo su atención hacia los detalles, sin olvidar un destello cautivador, en una combinación de asombrosas y magnificas prendas.
En particular, los looks reflejan protección y se alejan un poco del usual erotismo, aun así, se precisa un erótico minimalismo, resplandeciendo en unos tailoring militar – navy double breasted coats y cropped jackets. Partiendo hacía moderados mesh y transparent evening cat suits y long dresses. Hawkings siendo un experto en el guardarropa masculino, ha manejado con fervor la unión entre ambos géneros, en un sola energética fusión y proyectando un apacible luciente futuro lleno de los más exquisitos materiales.
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