¡10 años amigos míos! Nicolas Ghesquiére ha entregado su alma y cuerpo durante todo ese periodo a Louis Vuitton. Un estimado récord que resalta un talento inigualable en su oeuvre tan original que liga el futurismo, su amor por los videojuegos y un cariño por el pasado. Un universo que se mantiene en equilibrio, gracias a la experimentación constante, balanceado con los principios de la maison: viajar y explorar.

Con un estimado de 4000 invitados que entre lo más destacados se encontraba la primera dama de Francia, Brigitte Macron y la querida Lisa (Alerta K – Pop). Mismas que contemplaron una obra que realza un orgullo nacional francés.

La colección estaba llena de referencias de sus más célebres fashion shows. Encontramos pannier dresses con prints de aquellos mini – trunks bags lucidos en el 2015. Bolero o frock jackets que nos recuerdan tanto a la época borbónica del siglo XVII llenos con relucientes piedras, mismos presentados en el 2018 y demuestran el impresionante poder del craftmanship impulsado por Ghesquiére. Danzantes  y esponjosos dobladillos con lentejuelas metálicas en algunas faldas nos transportan al 2021. Aquellas asimétricos vestidos y faldas llenos de plumas es una versión más elegante de su antecesor deportivo mostrado en Río de Janeiro en 2017. Sus bomber leather jackets estilizadas como ligeros mini – dresses, reflejo de sus últimas colecciones 2023.

Lo que más nos encantó fueron los accesorios. La constancia por innovar lo ha llevado a diseñar toda clase de prototipos únicos y originales. Gorritos con forma de aleta, esos frondosos guantes para cubrir nuestras manos de esos glaciales inviernos y los exquisitos bolsos – un festín para nuestros ojos.

La fantasía que pone tan orgulloso a Nicolas en su estadía por Louis Vuitton, obtendremos un paradisiaco y esplendido futuro por admirar. Una nostalgia contemporánea que resplandecerá.