Me parece insensato y asombroso la velocidad y eficacia del equipo Louis Vuitton, en diseñar y moldear una colección tras presentar su floreada animalada presentación cyberpunk en Shanghai, un mes atrás. Los desfiles de Nicolas Ghesquiere han requerido una extravagante grandeza que alabe el creciente esplendor de la casa francesa. Mostrar desfiles en fantásticos e irreales sitios arquitectónicos en diferentes ciudades del mundo, transmite el ideal de viajar y explorar la belleza material de los destinos seleccionados. Las columnas de la Sala Hipóstila de Antoni Gaudí, atestiguan una danzante, voluptuosa, arrojada perspectiva -inspirada en leyendas artísticas españolas que ha provocado un impacto significativo en la humanidad: Velazquez, Goya, Zurburan y Luis Bunuel.
El inocente amor que tiene por España, se demuestra en la pintoresca frescura que implica la combinación de varios elementos culturales y la constante reconstrucción de siluetas utilizadas en el pasado. A pesar de que la temática «crucero» se enfoca en otorgar prendas relajadas y dóciles, Nicolas ha elevado la sencillez de los outfits playeros a través de una experimental voluminosidad – refinar el verano con piezas que den esos aires de arreglarse elegantemente y llamar la atención. Es disfrazar la menguada realidad con retorcidas convincentes formas.
Es interesante señalar que no se emplearon las típicas y populares referencias como el flamenco, las rosas, el color rojo, polka dots y ondulantes dobladillos para personificar España en su astral tecnológica mente. Ghesquiere impuso un rozagante neutral abstracto panorama – al observar, sabes la obviedad del asunto. Muy moderna y audaz su idea de una chica forastera o torera con aquellas capas o mantillas combinadas a unos pantalones marineros con dobladillos de piel.
Imagino a todas las modelos cabalgando en indomables bestias debido a las botas. Empoderadas con aquellas 80’s robustas hombreras y discretas con los sombrerillos, incluso los fosforescentes lentes deportivos aluden al estilo aerodinámico de la Princesa Anne – versátiles fieras. Atrevidas por someter la bravura y agresividad del sol con unos one sleeve mini bubble dresses o las faldas sujetadas a un grueso cinturón.
Ese contraste de huir de la mera existencia, pero demostrar que quieres mejorarla con tu espontánea imaginación, es arte. Gaudi y Ghesquiere comparten una visión en perfeccionar y alimentar un espíritu tenaz. Es arte que podemos usar y no solo admirar al caminar o fotografiar. Una telepática conexión que irradio en una flamboyante valerosidad.
Disfruta del fashion show aquí mismo:
What do you think?
Show comments / Leave a comment