ADVERTENCIA: Esta nota contiene infinidad de detalles y spoilers. Si no has visto Maxton Hall, no sé que esperas amix, hazlo ya.
Maxton Hall es mi nueva obsesión de verano. Una serie que me confundió, ya que la historia se da en Inglaterra, pero los personajes hablan en ¿alemán? No importa si hablan chino, necesito compartirles que alguien me ha flechado e hipnotizado: James Beaufort.
Esta historia de amor con una infinidad de clichés y sacada de Wattpad, nos narra una relación enemies to lovers. Ya sabes, los protagonistas (interpretados por Damian Hardung y Harriet Herbig) no se soportan, se incita a una pasiva agresividad y caen enamorados. Ruby Bell es una chica de ascendencia plebeya. Es inteligente, reservada, líder y directa. No es la chica tonta que se deja manipular por un rostro bonito. Su determinación es ser la número uno de su clase, para obtener una beca en Oxford. James, tan lindo y soberbio, es el típico Bad Boy. Adinerado, guapo, cobarde, malvado, varonil e intrépido. Su ferocidad te hace odiarlo, pero no aborrecerlo, al paso de los minutos.
Su instinto protector de hermano, obligó a chantajear a Ruby con dinero y al notar, la seguridad y firmeza de un inesperado rechazo, insiste en molestarla. Me intrigo el cómo pudo conquistar a la dama de hierro – con inteligentes artimañas que demostraban su capacidad de resolver desastres como salvar la filantrópica gala con un romántico tema: la época victoriana. ¡El si resuelve, amigas! Su descarado coqueteo no le duro mucho, con la vergonzosa humillación que el mismo alentó, cuando Ruby lo ataca verbalmente en una debate estudiantil: «Tu herencia, tus bromitas. Solo muestran lo vacío que estas. Y por eso nadie se interesa nunca por ti, si no en tu dinero» – ¡Auchh! – hasta a mí, me dolieron esas palabras.
The eyes, the eyes … sister, never lie. Adoro su rígida delicadeza azulada (muchas gracias al equipo de cámaras, por enfocar tales detalles). Tras oír las disculpas de Ruby y un amigable repentino cambio de actitud, su rostro reflejaba los pulsos que transmitía su corazón. Su blanda sonrisa, lo dice todo. Ya era notable su fascinación hacia ella, al grado de dibujarla con tanta sensibilidad y precisión (me recordó a la escena de Titanic, cuando Jack hace un retrato de Rose).
Notas que James no tiene una identidad propia. Todo es una fachada construida por su padre. Este señor le dice que debe representar el legado familiar, abrumándolo y ocasionándole, una infelicidad que se extienda en cada miembro de su familia. El dicta que «es lo mejor» para James, hasta la chica ideal que debe tener a su lado y todo es con el objetivo de mejorar tanto su imagen empresarial como familar. Lo que hizo Ruby, fue cambiarlo y quitarle esa soledad. «… a nadie le interesa lo que yo piense». He iniciando un ameno coqueteo en mensajes encriptados con sus iniciales. Un intrigado galanteo.
El viaje a Londres, fue de mis escenas favoritas. James fue capaz de transformar a Ruby, en la propia Reina Victoria; lucían tan felices. Realmente, veía a unos jovenes reyes, gobernando y danzando entre las cientos de fotos que centellaban con su pasión muta. Siento que ahí, James descubrió su lado más delicado. Ese detalle, girl!, te hipnotiza y prestarle aquel vestido lila con encajes, como parte de su regalo de cumpleaños – tienes el amor de cualquiera. Gano mi cariño, al preferir asistir al baile y mágicamente darnos una irreal fantasía, sellándolo con un apasionando beso. «A veces es el acto en si. El hecho de que tomar tu destino en tus manos, puede cambiar quien eres». Se esmera, el introspectivo romántico James. Su dualidad acaba conmigo.
Lo que me hizo que fallecería y reviviera, fue cuando Ruby se coló a una de las fiestas que asistía James con regularidad. La forma en la que se volteo y en el momento que la vio, se le dilataron sus iluminas pupilas y se me enchino la piel. Es adictiva la escena al observar una rutilante felicidad – se había enamorado. Sin respiración alguna, contemple el divertido baile ridículamente erótico de ambos – estaban teniendo su momento «Moth to a Flame» y la verdad, conectaron y uno envidioso, se derritió con el gesto de la mano. Sus expresiones no me las puedo quitar de la cabeza.
Entre gemidos y llantos, me contuve cuando James, abraza a la frágil y trufada Ruby, ya que al ser víctima de una broma pesada por el bastardo de Cyril, sufre una crisis nerviosa, y el salvador, la rescata, al lanzarse a la piscina. Reconfortarla y darle consuelo, definió su postura sentimental en aquel instante, y fue quebrada por los chantajes de su padre, al ser descubiertos en la gala victoriana. «Mucho se dice de la calma previa a la tormenta, pero nada de lo que pasa después. En el momento que se apaga el ruido y quedamos a solas con lo que hicimos … Hay personas que tienen un especie de brújula, personas que dicen lo correcto en el momento justo. Hacen lo correcto y sienten lo correcto. Y hay otro tipo de personas, cuya brújula esta rota».
Oh, James, ¿cómo puedo apaciguar tu sufrimiento? No me gusto nada, su angustia de no poder rechazar su destino como CEO del imperio Beaufort y alejarse de la única persona que lo ha comprendido.
En el capítulo 6, la escena en la que James está altamente celoso, debido al nada sutil coqueteo entre el guía estudiantil y Ruby, su meticulosa furiosa manera de observarlos, es asombrosa. La mirada, es su arma secreta; mató al coqueto instructor. El resultado es una impulsiva y honesta respuesta de Ruby, ya que necesitaba desahogarse de la confusión que la atormentaba. Compadezco y entiendo al desconsolado James. Él demostraba su amor, al protegerla de su clasista y odioso padre que lo amenazaba de alejarse de la chica pobre, ya que la destruiría, sin piedad alguna. Al seguirla, decirle sobre su inseguridad y medio; le pedio que no lo juzgara – James, te amo. Chicos sinceros y dispuestos a seguir, no hay en tiempos modernos.
¡Tú me enloqueces! ¿Sabes lo que me haces ahora? ¿Crees que es fácil para mí verte, escuchar tu voz? – solamente grite: «¡Piedad Ruby! El chico es leal e inocente. No reproches, su vulnerabilidad, es indiscutible, abrázalo o yo lo hago».
Me satisface que la parejita se reconciliará y el sexo por fin, les quitara la tensión que venían cargando. ¡Por Dios! Estaban en Oxford, ahí nadie los vigilaba. «Seré lo que quieras, novio, juguete, lo que quieras». Al explotar, llorar y entender el por qué su frialdad y toxicidad repentina, entiendes que es un chico arrogante rebeldemente enamorado, dispuesto a recuperar lo que tanto desea y sufre la perdida que le arrebatan. Es alguien que necesita y merece ser amado. Es tan obvia su conducta, aunque es tentador, enamorarse y comprender a James.
Lo que más me alegra, es que anunciaron la segunda temporada de Maxton Hall. Así que entonces, terminaré de leer los libros, y ya de paso, continuare soñando la dulce apasionada mirada de James y manifestare un hombre así en mi vida.
«Hace falta coraje para pensar más allá del presente»
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