¿Acaso el pasado es mejor que el presente?

Londres es el epicentro de lo maniático y grotesco. La metrópolis ha sido testigo de cómo la historia ha interpuesto corrientes artísticas que reclaman un espacio de concreto tal como el Tate Modern Gallery. Aquella estructura de carácter brutalista fue embellecida por una verde poética decoración del insumergible Gucci. Una jungla rendida ante el romanticismo de Sabato de Sarno. Exhibir su trabajo en la capital británica fue debido a sus recuerdos y la experiencia personal de ser recibido en un espacio, donde la flexibilidad y comprensión son parte de la esencia del lugar. «Le debo mucho a esta ciudad, me ha acogido y escuchado».

Los pastizales artificiales y la sobria aura, empujaron a Sabato a introducir una dinámica frescura minimalista o maximalista. Digamos que es un elegante refinado paraíso bohemio a la italiana. Además, la melancolía hippie es parte de la narrativa londinense, ya que el fundador de la casa, Guccio Gucci, durante su pasantía en el hotel The Savoy, se inspiró para crear su propia empresa de equipaje y cuero, a su regreso a Florencia, Italia. Con esto, es lógico retornar con una alegre personalidad, que expresa una unidad cultural mediante una delicadeza y solidez. Ropa muy deseable y prometedora, eso si.

Este sentimentalismo ha garantizado un mix de preciosas opciones, en la que es posible usar cada una de ellas. Se remarca la supremacía de los flat shoes, las pussy bow blouses y una holgadez hippie acentuada en matices pasteles, ligadas a una erótica transparencia floral en sus radiantes túnicas de chiffon con pliegues. Una silueta cuadrada persiste en sus cropped double breasted y oversize bomber jackets – estrictamente hechas a la medida. La decoración es tan femenina y masculina con aquellas flores de manzanillas cosidas en aquellos loose jeans deslavados o las impresas en 3D hechas de organza. ¡Es la Gran Bretaña de Sabato! –  libertadora como conservadora.

La creatividad ha incrementado gracias a una expansión de ideales, aunque tales reflexivas perspectivas, ya existen y las hemos visto con mayor persistencia en los últimos meses. La presentación es rica al no ser tan vacía, le da valor a la mera existencia humana, expresa un vínculo amoroso entre la sociedad y la moda – solo que cae en un repetitivo patrón al observar lo mismo, continuamente.

Gucci ahora se encuentra en una pasiva resurrección. Tan comercial y medianamente inspiradora. Es significativo el ascenso creativo y artesanal que se esta moldeando. Poner en lo alto la fabricación y la calidad, es una acertada intención. Es lento el proceso, para solventar la gradual racha económica que atraviesa la casa. Sabato no quiere rendirse y huir. El está dispuesto a preservar un jardín casi marchito por los bruscos y malogrados descuidos que ha tenido. ¿Qué fertilizante volverá a revivir la pálida vegetación del Edén Gucci? ¿La formula mágica es el congelamiento?

Resto de los looks: