A pesar que mi corazón ha estado en duelo y la memoria me aturde sin cesar, el regreso de la irreverente y filosa Lady Whistledown, mantendrá mi alma rota obsesionada con la historia de amor que se forjara con la tercera temporada de Bridgerton. Lo que me interesa es cómo el desamor y la sublevación hacia la tradición, nos lleva a cambiar, pero también entorpece el alma herida de quién se refugia en la tinta y papel o en el piano.

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La timidez de Penelope, se refleja al socializar en los fastuosos bailes y quizás la desanima, bueno, eso creemos. Su mera existencia,  ya destaca de forma anónima. Es tan omnipresente mediante la franqueza lírica que expone las vergonzosas conductas de sus allegados. Siendo una enigmática periodista de la regencia y ser una debutante marchita – ella dicta quién debe prevalecer y quién debe hundirse en el fango social. Informa y la propia corte de su majestad, la Reina Charlotte, hace el resto del trabajo. Su anonimato la mantiene cómoda y seguirá rigiendo el destino de muchos, solo que al ser descubierta por Eloise – la oscilante presión – la motiva a gritar su existencia y captar la atención de Lord Debling.

Liam Daniel / Netflix

Todos hemos estado en la posición de Penelope. Sentirnos rechazados, exiliados y vacíos por ciertas personas que nos han consumido y hemos terminado tan lastimados que parecía imposible levantarnos, nuevamente. Llegar a un sitio y que ellos se retiren por tu presencia, es fatídico e hiriente. Lo que admiro de ella, es que jamás dejo que nadie le quitara su cegadora luz. Claro, mis expectativas sobre el amor recaen en la relación de Kate y Anthony Bridgenton. Pero, no desperdiciaría la oportunidad de encadenarme al sudoroso Colin.

Liam Daniel / Netflix

Todo diamante estropeado puede relucir, nuevamente. Querer escapar de lo abrumador y caótico que representa la vida en sociedad, es en otro punto en el que coincido con la rebelde Francesca. Tantas etiquetas y protocolos, hostigarían a cualquier joven, aunque no sería inconveniente arrebujarse en las flamantes plumas que tanto marean a las debutantes. En tiempos modernos, ¿qué hace elegible a los cientos de pretendientes que nos acechan?

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Lo que me enfurece es la soledad que vive Penelope. No puedes evitar ver con unos ojos llenos de decepción y frustración a quienes solías amar y proteger. Puedes mejorar en cada aspecto de tu vida y ser un pavo real ante todos, la desdicha es que por dentro estás quebrado. Deseas hablarles y abrazarlos, sin embargo, ¿es práctico? Quizás si, la cuestión es que para brillar, debes sufrir insomnio y puede que el deseo por cambiar suceda – más si visitamos la modiste Genevieve Delacroix. Aquel amarillo estridente que opacaba a una tímida Penelope, notamos que el cambio le otorgo suavidad y erotismo. Colin paso de una blanda y tierna paleta de matices azules a tener un aspecto más aventurero y polvoriento (ya que estuvo seis meses viajando) – dandole un aspecto más sexy con su valerosa, desaliñada sudorosa – fornida imagen. Digamos que su aventuras por Europa lo encaminaron a tener un aspecto a la Indiana Jones. Ambos evocan belleza salvaje.

Una trágica situación sentimental y la búsqueda de una pareja, es un martirio. Me da la impresión como el picaflor Colin tenga un seductivo y cautivador encanto. Sus misteriosos viajes –  es su herramienta para cautivar miradas, dejarnos sin respiración y agitar los corazones quebrados. Solo que al ver los capítulos, lleva consigo un vació decadente que encubre con sus orgías. Ya sabes, el sexo bestial lo distrae de los sueños amorosos que lo aturden. El impacto que dejamos, es profundo e imborrable. Es excitante cuando Colín salva a Penelope de ser aplastada del globo aerostático – ¡Por las nubes! el heroico acto de jalar las cuerdas, lo vuelve aun más sexy. Una desenfrenada pasión es lo que necesitaba este par.

Si darme cuenta, soy Penelope en esta fase infausta de mi vida. Realmente, todo se podría solucionar si me nombraran Baron de Kent o de algún región cercana – lo material me arreglaría la disimulada felicidad que reina sobre mi. ¿Por qué el universo no me deja ser feliz? ¿Acaso debo esperar más tiempo?

Liam Daniel / Netflix

Deslumbra cualquier salón, querida. El poder recae sobre uno – deja a todos boquiabiertos. Hacerse notar, puede atraer interesantes proposiciones. Nunca dudes que lo raro, despierta el instinto pasional y efusivo que adormece el espíritu. El New Look (no tan a la Christian Dior) consiste en autodeterminación y la inhabilidad de pensar en el futuro. Mucho amor llegará, de eso estoy seguro. Quizás la siguiente temporada, mi suerte gire a un lado más ilustre y eminente. Por ahora, esperare la segunda parte de una peculiar erótica dulzura al estilo Bridgerton. La sombra ya no es una opción de huida. Actuar para uno mismo, es brillante, no egoísta. Brava.

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